La contaminación visual es todo aquello que afecta o perturba la visualización
de una determinada zona o rompe la estética del paisaje. Por desgracia cada vez
nos encontramos más con este problema tanto en las grandes ciudades como en las
zonas rurales.
La contaminación visual es un tipo de contaminación que parte de todo
aquello que afecte o perturbe la visualización de algún sitio o rompan la
estética de una zona o paisaje, y que puede incluso
llegar a afectar a la salud de los
individuos o zona donde se produzca el impacto ambiental es un problema que nos está afectando a todos.
Se refiere al abuso de ciertos
elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la imagen del paisaje
tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobre estimulación visual
agresiva, invasiva y simultánea.
Dichos
elementos pueden ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros
elementos, que no provocan contaminación de por sí; pero mediante la
manipulación indiscriminada del hombre (tamaño, orden, distribución) se
convierten en agentes contaminantes.
La cartelera publicitaria es el
agente más notorio por su impacto inmediato, creando una sobre estimulación en
el ser humano mediante la información indiscriminada, y los múltiples mensajes
que invaden la mirada. Así el hombre percibe un ambiente caótico y de confusión
que lo excita y estimula, provocándole una ansiedad momentánea mientras dura el
estímulo.
La simultaneidad de estos estímulos a la que se ven sometidos,
por ejemplo, los automovilistas, pueden llegar a transformarse en disparadores
de accidentes de tránsito. Dado que pueden llegar a generar distracción, e
incluso a imposibilitar la percepción de las señales indicadoras de tránsito.
Esta situación, inevitablemente, actúa también en detrimento de los mismos
medios de comunicación, mimetizando los diferentes signos y señales a que se
somete a los individuos, camuflándose mutuamente y perdiendo fuerza la clara
lectura del mensaje.
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