La contaminación del aire es una mezcla de
partículas sólidas y gases en el aire. Las emisiones de los automóviles, los
compuestos químicos de las fábricas, el polvo, el polen y las esporas de moho
pueden estar suspendidas como partículas.
Se entiende por contaminación atmosférica a la
presencia en el aire de materias o
formas de energía que implican riesgo, daño o molestia
grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir
la visibilidad o producir olores desagradables.
La contaminación atmosférica puede tener
carácter local, cuando los efectos ligados al foco se sufren en las
inmediaciones del mismo, o global, cuando por las características del
contaminante, se ve afectado el equilibrio del planeta y zonas alejadas a las
que contienen los focos emisores.
"Desde que la Revolución Industrial
inicio, en la segunda mitad del siglo XVIII, los procesos de producción en las
fábricas, el desarrollo del transporte y el uso de los combustibles han
incrementado la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera y otros
gases que son muy perjudiciales para la salud, como los óxidos de azufre y los
óxidos de nitrógeno."
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