La mayoría de las marcas que utilizamos en nuestro
hogar en especial los de belleza contienen ingredientes que pueden dañar al
organismo y que usamos cada día alrededor de unos nueve productos de cuidado
personal, exponiéndonos a unos 126 químicos, algunos de los cuales no han sido
probados en profundidad. Y que hoy en día no han sido controlados por la FDA.
Según la
Agencia para la Protección de la Salud, cada mes aparecen en el mercado más de
600 sustancias químicas nuevas que se añaden a la lista ya existente.
Las
sustancias de los productos cosméticos no se quedan en la capa más superficial
de la piel sino que se absorben y pasan a la sangre pudiendo provocar dolencias
de todo tipo.
Si bien
en algunas partes del mundo hay leyes reguladoras, que especifican claramente
que no pueden contener sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o
tóxicas pero un simple vistazo a las etiquetas -incluso de marcas
internacionalmente conocidas y de prestigio- demuestra que las leyes no se
respetan.
Son cada vez más los expertos que entienden que muchos cosméticos son
auténticos venenos, por legales que sean.
Porque
aunque la excusa sea que no son peligrosos ya que los tóxicos que contienen
están en pequeñas cantidades hablamos de productos que en muchos casos se utilizan
a diario y, por tanto, la cantidad de sustancias perjudiciales que terminan
entrando en nuestro organismo es al final elevado.
Marcas muy
conocidas como:
Lysol,
Fantastik, Fórmula 409, Pine-Sol, Promesa, Spic y Span, Tilex, Ajax, Velocidad
Stick, Secreto, Johnson's, Joy, Windex, Palmolive, Grito, Spray y Lave,
Palmolive, Lever, Irlandés de primavera, Jergens, Crest, Listerine, Arm &
Hammer, Colgate, Ámbito de aplicación, Inglés Antiguo y Dove.
Son
las principales marcas de limpieza y belleza que utilizamos en nuestro hogar,
sin saber el gran daño que estos nos causan.
muchos de
estos daños nos causan síntomas como, una demora en el inicio de la
pubertad, el cáncer, la fatiga excesiva, palpitaciones del corazón, insomnio,
sudores nocturnos, los desequilibrios hormonales, inusuales erupciones
cutáneas, inflamación de las glándulas, problemas digestivos, náuseas, diarrea,
dolor en las articulaciones y muscular, las enfermedades del corazón,
irritabilidad, agresividad, deterioro de la memoria y la concentración, la
percepción visual y auditiva, la aparición de alergias, asma, defectos de
nacimiento, el ruido y la intolerancia. También pueden afectar el sistema
nervioso, reducir el bienestar emocional, la agilidad mental, coordinación y
otras funciones relacionadas con la inteligencia.